Hablemos del tiempo

Julio fue el mes más seco de la historia de Vancouver. Y, por una vez, esta marca no se puede superar: No llovió nada. Ni una gota de agua en la ciudad en la que en cuanto te descuidabas (en junio) te decían (ante el chaparrón): Vivimos en un bosque lluvioso, es normal que llueva. Ni una gota en una ciudad llena de tiendas que se llaman rain city. De la que mucha gente me ha contado que de octubre a mayo simplemente está muerta (periodo que un camarero nos definió como ocho meses de miseria).

Pero es una ciudad en la que llueve mucho y todo el mundo, cada lunes, comenta lo bueno que fue el fin de semana. Y yo siento que tengo ganas de que llueva un poco. Por el hoy y el mañana.
Por lo que viene a ser mi presente, porque ya no puedo más de aprovechar los días de sol. Ya no me creo mi personaje. Me apetece disfrutar de una película sin sentirme mal. Trabajar sin ver por la ventana a todo el mundo camino de la playa. Olvidarme de que estoy en un bucle espacio-clima en el que lo que vivo es insólito y he de aprovecharlo. No me lo creo porque en mi caso, hasta el día de hoy, Vancouver es una ciudad soleadísima en la que el cesped ralea y la previsión meteorológica monocorde: Sol.

Luego está que tiene que llover por mi memoria a largo plazo. Dicen que la (tonta) frase la suerte del principiante se oye en cada casino porque los JUGADORES que la repiten lo hacen porque ellos sí tuvieron suerte la primera vez. Que creen que es lo normal cuando sólo lo fue en su caso. Sin caer en que los principiantes sin suerte no andan cerca para desmentir esa teoría.Y ahí están los jugadores, buscando otra jugada como la que les clavó al casino. Con este raro verano me va a pasar lo mismo. Por motivos laborales sólo podía venir estos meses, y ya sabía que serían buenos, pero por más que me esfuerzo no soy capaz de imaginarme esta ciudad en chubasquero. Y me iré y leeré que en Vancouver llueve todos los días, pero ya me ha picado el veneno del ¿y si vuelve a hacer un verano como aquel?
Que veraneo en Asturias y me conozco el percal.

6 comentarios:

  1. Creo que deberías hacer un recopilatorio con esas cosas que te suelen pasar en los viajes que no deberían pasar. Un recopilatorio de esa suerte/no-suerte viajera que te caracteriza. Porque me suena que eres tú ese recuerdo en mi cabeza de la persona a la que le ocurren "esas" cosas.

    Por otro lado, seguro que después de escribir este post se puso a llover en Vancouver hasta que volviste, y ya nada fue lo mismo.

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    1. Muchas gracias por el enlace a Facebook. El resultado se ve justo aquí debajo. Al lado del perfil de la taza de un water(loo). [Y curiosamente loo es aseo en inglés... ¿Será que viene de un juego de palabras?]

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  2. Estoy con Kriskros, seguro que al darle a "publicar" empezó a llover a cántaros. Y si no fue así prefiero no saberlo y seguir imaginando a las deidades canadienses castigando tu insolencia al asegurar que "hace tan buen tiempo que da asco".

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  3. La verdad es que con el tiempazo que hacía daban ganas de emigrar sin pensárselo dos veces...para luego quedarse con cara de tonto.
    Me ha encantado lo de la buena suerte del principiante, nunca lo había pensado.

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  4. Y a todo eso, qué dicen los habitantes de Vancouver? Están contentos? Están decepcionados? Porque yo sí que me acuerdo que cuando hablaban de la lluvia, se les notaba cierto orgullo patrio. Ahora qué hacen? Ponen cara de fastidio todas las mañanas cuando se levantan y hace sol, del mismo modo que a nosotros nos jode levantarnos y ver que, otro día más, sigue lloviendo? O bien hacen la ola en la playa y se sienten afortunados de poder contar un día a sus futuros nietos que ellos vivieron el julio de 2013, el más seco de la historia de Vancouver? Y una pregunta más... se culpa de ello al cambio climático?

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  5. Comienzo por el final: Por supuesto que culpan al cambio climático. También lo hacen en Toronto, donde ha sido el julio más lluvioso de la historia. Lo de Toronto no me lo invento. Respecto a cómo se lo toman... diría que les gusta. Que les gusta todo, vaya. Como para notar que algo no les gusta. Tú les viste el orgullo por la lluvia. Y yo creo que era perpetua cara "todo va bien". Vancuveritas.

    Respecto a los dos primeros comentarios, solo diré que los hay que sacan a la virgen, los hay que danzan en torno a una hoguera y luego yo que publico una entrada. Para este fin de semana dan nubes. Pero, en honor a la verdad, tengo que decir que esto lo escribí hace días y no da tregua el sol. Hoy iba a leer un rato y he terminado dando un paseo en bici. ¡Maldita sea! Y con Juanchita lo hablé: es como para empadronarse. Pero que te aseguren que esto no se acaba en cuanto firmas.

    Lo de la suerte del principiante, es una más de esas frases que viven de sólo ser mentadas cuando son aplicables. Como "No hay dos sin tres" (con la de doses sin tres que hay) o "La suerte de la fea, la guapa la desea" (diría que suele ser lo contrario). Y genéricamente forman parte del fascinante mundo del "sesgo de confirmación": Nos parece que lo que pensamos es cierto porque estamos ciegos a los indicios de que no lo sea. Me he desviado un poco de lo del clima...

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