¿Dónde quieres entrar?

Me gustan los portales en general y no cambio mi opinión de que los de Lisboa son los mejores. Pero aquí he encontrado los más cinematográficos. No siempre son bonitos, pero jamás son simplemente portales. Tienen ínfulas. Pretenden ser cartas de presentación de las casas a las que dan entrada, decir algo, cosa que en España es más difícil ver. En las ciudades españolas en las que he vivido un portal intenta parecerse lo más posible a los que le rodean. Y horteradas, como en todo, siempre hay, pero lo normal es que los portales, básicamente, poco importen.

Los de Vancouver a mí me recuerdan a carteles de cine, como si los edificios fueran las películas. Por más que portal y casa (como película y póster) muchas veces se parezcan poco o incluso jueguen descaradamente al engaño. El tipo de letra es primordial al tiempo que tiene que ser coherente con lo demás. Y he de decir que, en ese sentido, el portal tipo "Casablanca" es el que más se ve. Por delante de clásicos del portal vancuverita como el tipo western crepuscular, película victoriana con Emma Thomson o "Regreso al futuro" (muy útil para portales más bien cutres).

Ya enseñé el mío (modesto pero elegante). Dejo por aquí una muestra de algunos más de mi barrio.


Queda para la imaginación lo que deben de ser las juntas de cada comunidad de vecinos decidiendo tal o cual diseño a la canadinese: sin jamás decir nada malo del que no les gusta.

4 comentarios:

  1. Te diría que tal y como están las cosas en España ahora mismo, que te gusten los portales puede ser una ventaja en el futuro... jejeje

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    1. Dado que los puentes también me gustan, por ese lado no va a haber problemas.

      Lo que me preocupa es el ánimo percibido. He leído que nuestro presidente ha hablado y todo. Y si lees el ABC, España está al filo de entrar en el G7. La ficción ayuda en tiempos de crisis.

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  2. sin embargo, lo que dices aquí y en la entrada de la barbacoa lloviznada coincide con lo que me cuentan a mi los suecos de su sociedad y el tema de evitar todo tipo de conflicto. Y tiene una lógica detrás que se puede llegar a entender y que te contaré o bien con unas cañas o bien cuando me cuentes tú la parábola del policía montado

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